La inseparable relación entre el sueño y dolor de cabeza se ha observado durante siglos. Los científicos han intentado describir esta interacción basada en las regiones de la anatomía y la fisiología del cerebro similar a ambas condiciones, sin embargo, la relación sigue siendo hasta hoy, poco conocida. La migraña puede ser tanto causada como aliviada con el sueño.

El sueño: las bases

El sueño, es la más inevitable de todas nuestras funciones corporales, nos fascina. Se discute que, tratamos de controlarlo, racionalizarlo y razonar con él. Sin embargo, a pesar de nuestra absoluta necesidad básica para ello, el sueño representa una experiencia única para cada individuo. Nos puede deleitar o aterrorizar, rejuvenecer o envejecer, abrumar o relajar.

Aunque se define como un estado fácilmente reversible de conciencia reducida o ausente, el sueño no es de ninguna manera un estado de inactividad. De hecho, se podría considerar que los sistemas neurológicos involucrados en el sueño son extremadamente activos.

El sueño se rige en gran medida por dos condiciones. En primer lugar, el reloj biológico del cerebro, que determina el momento adecuado durante el ciclo de luz-oscuridad de 24 horas en el que debe producirse el sueño. En segundo lugar, al anochecer, las células especializadas de la retina del ojo comienzan a sentir una caída en los niveles de luz y da la señal al cerebro para empezar a producir melatonina, a hormona de promoción del sueño. En el punto donde se cruzan estas dos condiciones, la química correcta y entorno fisiológico dentro de áreas particulares del cerebro (en particular, el hipotálamo y el tronco cerebral) se genera lo que permite el equilibrio entre la vigilia y el sueño.

El sueño y el dolor de cabeza: la evidencia

Está claro que algunos trastornos de dolor de cabeza están profundamente influenciados por el sueño, y algunos parecen ocurrir exclusivamente en relación a dormir. Por otro lado, estos grupos de trastornos de dolor de cabeza pueden afectar el sueño, dando lugar a un dilema de causalidad (o un escenario de «el huevo o la gallina»). Los ataques de migraña se dice que es más probable que ocurran entre las 04:00-09 a.m., lo que podría sugerir un mecanismo de temporización con el sueño o ritmos circadianos, o ambos. La falta de sueño es un desencadenante conocido de la migraña, así como es el exceso de sueño.

La somnolencia excesiva puede ser parte de la fase premonitoria antes de un ataque de migraña, o un síntoma después del ataque. El sueño también puede ser muy terapéutico durante un ataque de migraña, y con frecuencia puede ayudar a terminarlo, especialmente en los niños.

Curiosamente el estimulante cafeína se divulga por ser un tratamiento eficaz en algunos casos. El insomnio y la migraña pueden coexistir, especialmente en los enfermos crónicos. Tanto el insomnio como la migraña son más probables en las personas que sufren lesiones en la cabeza, a menudo muy leves, como parte de un síndrome post-concusión. La somnolencia excesiva, especialmente durante el día, puede estar asociada con el dolor de cabeza, y los dolores de cabeza sordos en la mañana son a menudo un síntoma de la apnea obstructiva del sueño, una condición de trastornos respiratorios durante el sueño, que provoca la interrupción significativa del sueño por la noche

Además, las personas con narcolepsia, que tienen ataques de sueño repentino, incontrolable, se dice que tienen una mayor proporción de dolores de cabeza que la población general. Las parasomnias son un grupo de trastornos del sueño, que representan el comportamiento anormal durante el sueño. El sonambulismo y terrores nocturnos se dice que son más comunes entre los pacientes con migraña, especialmente los niños. El síndrome de piernas inquietas se asocia con una urgencia incómoda a querer mover las piernas, sobre todo en las horas de la tarde y por la noche, causando la interrupción del sueño. Esta condición se ha demostrado recientemente que tienen una incidencia mayor entre los enfermos de migraña. Por último, varios de los fármacos conocidos por ser útiles como preventivos del dolor de cabeza tienen notables efectos en la sensación de somnolencia durante el día, las etapas del sueño, el sueño de las experiencias y los ritmos circadianos.

¿Por qué una relación tan estrecha?

El saldo de sueño y vigilia, y su sincronización correcta, se basa en un sistema finamente sintonizado, que en la naturaleza se conoce como homeostasis. Si sobrecargas demasiado este sistema en favor de un estado (sueño o vigilia) frente a otro, como quedarse hasta tarde, tener sueño fragmentado, dormir más los fines de semana, o dormir en momentos inadecuados relativos a tu reloj biológico (como sucede en el jet lag), el sistema intentará compensar y equilibrar la balanza.

Una idea podría ser que un ataque de migraña en realidad puede representar uno de estos mecanismos de regulación, aunque en extremo y anormalmente. Por ejemplo, si te has privado del sueño, y sufres una migraña, puede ayudarte estar quieto y acostarte en la oscuridad, con la esperanza de tratar de dormir, como una manera de librarte de la migraña.

¿Cómo podemos usar esto a nuestro favor?

Es evidente que estos mecanismos homeostáticos no son la única base para la migraña, pero es lógico pensar que tratar de mantener un ciclo de sueño-vigilia bien balanceado puede hacer que los ataques de migraña sean menos probables. Por lo tanto, es importante para los enfermos de migraña observar lo que se llama una “buena higiene del sueño”, que es un conjunto de sugerencias destinadas a mantener el ciclo de sueño-vigilia, y la calidad del sueño, lo más uniforme posible.